A veces sonrío y quedo dormida sosteniendo la página del poema que viví, esperando despertar para terminarlo.
A veces escucho cuando respiro y cierro los ojos para irme otra vez, consciente de la calma que seduce.
A veces confío esta presencia a mis ojos… centinelas adormecidos por un olvido que los vence al caer la noche.
A veces sueño con volver, y despierto… y busco en la noche, entender al poema.
Al final me encuentro en una sonrisa al comprender, que el poema entrega el alma en su último aliento…
Sé el primero en responder