Eco

Mis ojos se rinden a la confidencia de las letras,
cansados de permanecer constantes en la huida del deseo
y pretendiendo negar tu ruido.

Tu voz que me persigue en el eco de un verso que me llama.

Un papel que permanecía callado y mis ojos quisieron dejar de lado.

Insisto en la búsqueda de un horizonte que no te encuentre
y el eco retumba en mis oídos,
nublandome para aceptarte ruido.

Tu nombre que me llama, tu voz que me ataja.

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